Por Cristina Ordorica.
Mexicali, B.C.- A través de su eficacia y preparación, Merchants Metals, empresa dedicada a la manufactura de corte metalmecánico, logró adaptarse de manera sobresaliente a los cambios que supuso la pandemia causada por COVID-19, siendo su producción escasamente afectada.
La implementación de estrategias a partir de la llegada de la pandemia fue indispensable para mantener la seguridad. Las organizaciones, empresas, y en especial, el sector industrial, se vieron en la necesidad de actuar rápidamente a través de medidas y programas que garantizaran la salud de sus colaboradores y, al mismo tiempo, la productividad laboral.
La clave del éxito de Merchants Metals en materia de seguridad, higiene y producción a lo largo de estos dos años fue la preparación, puesto que la empresa se mantuvo informada sobre la enfermedad incluso antes de que llegara a nuestro país, por lo que con gran iniciativa recurrieron a la búsqueda de material y equipo de protección como medida preventiva.
Estrategias de higiene y protección
Entre las estrategias que fueron clave para la empresa, además de la adaptación de medidas básicas como el uso de mascarillas, uso de gel antibacterial e instalación de termómetros de pared, destacó, principalmente, la implementación de servicio de transporte. El objetivo fue evitar que los empleados entraran en contacto con muchas personas al utilizar el transporte público, y así disminuir la posibilidad de contagio fuera de las instalaciones.
Asimismo, se habilitó otra área de comedor mucho más grande. Se aumentó la cantidad de hornos de microondas para mantener la sana distancia, y también se seccionaron los horarios de comida de los mismos, lo cual trajo como resultado un empleado por mesa.
Otro punto importante para mantener la seguridad fue la instalación de un nuevo dispositivo para marcar el horario de salida. Se hacía uso de un reloj checador de huella digital, sin embargo, este fue reemplazado por uno de reconocimiento facial con el propósito de disminuir el contacto físico.
Protocolo para la prevención y manejo de contagios
Respecto al tema de contagios, aunque fueron mínimos dentro de la empresa, también se llevó a cabo el protocolo necesario.
“En los periodos vacacionales, como navideños, por ejemplo, traíamos personal de afuera, de laboratorios, para que el día que regresáramos se hiciera una prueba PCR al cien por ciento del personal”, señaló Óscar García, gerente de planta.
Además, destacó que otra medida consistió en enviar en cualquier momento a los empleados que tuvieran síntomas de resfriado a realizarse la prueba, y en caso de que resultara positiva, se les mandaba en aislamiento los días necesarios, con el periodo de incapacidad pagado por la empresa.
Mayor reto
Uno de los mayores retos que enfrentó la empresa, fue el cierre de operaciones. Esto implicó, por un periodo, el detenimiento de producción, y al mismo tiempo, el retraso de entregas.
“Las fábricas están hechas para producir. Tienes compromisos de entregas, planes hechos, y clientes esperando lo que estás haciendo, y si de repente te dicen que tienes que cerrar operaciones, sin haber cierta claridad sobre el protocolo para volver a arrancar, sin duda no fue sencillo”, externó el gerente de planta.
No obstante, Merchants Metals, con la ayuda de sus colaboradores y su arduo trabajo, no tardó mucho en reposicionarse y volver a sus funciones normales.
Ventaja para la industria metalmecánica
Si bien, la implementación de medidas sanitarias y estrategias de seguridad supusieron un cambio considerable en el ambiente de trabajo, para las industrias maquiladoras dedicadas a metalmecánica, el tema de la distancia en el piso de producción, fue una cuestión ventajosa.
“Es una planta muy grande de 150 mil pies cuadrados. La naturaleza de lo que fabricamos así lo pide, pero por el tipo de procesos que tenemos, casi por definición que la gente guarda su distancia. Tenemos dos procesos claves: uno es soldadura y cada quien trabaja de forma aislada, en su celda de producción; y el otro proceso clave que tenemos es el webbing, donde cada persona opera dos máquinas grandes, entonces lo más cercano que está una persona de otra es entre cuatro y cinco metros”, añadió Óscar García.
El problema de la distancia no se presentaba en el piso de producción, sino en las áreas fuera de este, como el comedor, la salida y el transporte. Sin embargo, la empresa pudo darle solución de forma eficaz, al reafirmar sus instalaciones como un espacio totalmente seguro y capaz de operar con normalidad.