Este sigue siendo uno de los misterios más grandes de la ciencia: ¿por qué hay personas que no se infectan del nuevo coronavirus? Científicos buscan responder esta duda y tres estudios podrían traer un poco de claridad a esta pregunta.
El Dr. Elmer Huerta revisa los hallazgos en este episodio.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su dosis de información sobre el nuevo coronavirus. Información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.
La infección de coronavirus: lo que aún es un misterio para la ciencia
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el 43,3 % de los estadounidenses presenta anticuerpos contra el SARS-CoV-2, lo cual implicaría que poco más de la mitad de la población no ha tenido la infección. Aparte de haberse cuidado muy bien durante la pandemia, no se sabe exactamente por qué más de la mitad de los estadounidenses no llegó a infectarse.
Del mismo modo, uno de los misterios de esta pandemia es explicar por qué algunas personas, por ejemplo el esposo o esposa de una persona infectada, no llegaron a contraer el nuevo coronavirus a pesar de convivir en la misma casa y dormir en la misma cama.
Otro ejemplo es el que describimos en el episodio del 8 de abril. De 36 personas que fueron intencionalmente infectadas con el SARS-CoV-2 en un estudio de desafío, solo 18 resultaron infectadas.
¿Cuál fue el mecanismo por el cual, a pesar de haber sido infectadas con la misma cantidad de virus, las otras 18 personas no desarrollaron la infección, y ni siquiera produjeron anticuerpos neutralizantes?
Hoy veremos algunas posibles explicaciones a ese fenómeno.
¿Cómo responde nuestro cuerpo a una infección?
En primer lugar, recordemos que, al ingresar el virus al organismo de una persona, este desencadena la respuesta inmunológica, que a grandes rasgos comprende dos etapas importantes:
- el desarrollo de linfocitos T, o células de memoria,
- y la producción de anticuerpos neutralizantes por los linfocitos B.
Las células T de memoria examinan al virus invasor. Al no reconocerlo, toman unos días en ordenarle a los linfocitos B que elaboren los anticuerpos neutralizantes específicos contra el virus invasor.
Si el virus ya es conocido, esos linfocitos T, además de ordenar la producción de anticuerpos neutralizantes específicos, pueden atacarlo y destruirlo directamente.
Recientes estudios postulan dos teorías para explicar el fenómeno por el cual algunos seres humanos podrían ser resistentes a la infección con el nuevo coronavirus.
Las teorías sobre la resistencia a la infección del nuevo coronavirus
La primera teoría dice que ciertas personas son capaces de eliminar el nuevo coronavirus. Esto gracias a los anticuerpos neutralizantes y las células de memoria T que tienen en su organismo, producto de haber sufrido antiguos resfríos.
Hay cuatro tipos de coronavirus causantes del 30 por ciento de los resfríos en seres humanos.
La segunda teoría dice que ciertos seres humanos son capaces de producir sustancias dentro de sus células. Estas son sustancias que no solo destruyen al virus invasor, sino que destruyen también a la célula infectada.
Tres estudios apoyan la primera teoría, aquella que dice que, al haber sufrido múltiples resfríos durante la vida, los anticuerpos neutralizantes y células de memoria dirigidos contra esos virus pueda proteger de manera cruzada contra el nuevo coronavirus.
Los estudios para encontrar por qué algunas personas no contraen el coronavirus
En el primer estudio, investigadores británicos analizaron repetidamente la sangre de un grupo de trabajadores de la salud muy expuestos al virus durante la primera ola de la pandemia, cuando aún no se tenían vacunas.
Lo que encontraron fue algo muy sorprendente.
Aquellos trabajadores de la salud expuestos al virus que no llegaron a desarrollar la enfermedad —y ni siquiera fueron capaces de producir anticuerpos neutralizantes— formaron células de memoria especiales, a las que se les ha bautizado como linfocitos T de reacción cruzada.
Se piensa que al haber tenido resfríos causados por los cuatro antiguos coronavirus, estos estimularon la formación de linfocitos T de memoria que fueron capaces de neutralizar —de manera cruzada— al nuevo coronavirus.
Lo interesante es que esos linfocitos T de memoria cruzada no atacaron la espiga, sino estructuras internas del virus. Esto abre la posibilidad de desarrollar nuevos tipos de vacunas, no dirigidos a la espiga, sino a estructuras internas del virus.
En el segundo estudio se demostró que los niños producen el doble de linfocitos T de reacción cruzada que los adultos, lo cual sugiere que esa es la explicación del porqué los niños no presentan tantos síntomas como los adultos al ser infectados.
En el tercer estudio se demostró que personas que vivían en el mismo hogar y no se infectaron fueron personas que produjeron también una mayor cantidad de linfocitos T de reacción cruzada.
La genética es un factor clave
Esos tres estudios postulan entonces la teoría de que ciertos seres humanos —con la genética adecuada— son capaces de no infectarse con el nuevo coronavirus. La razón es que tienen almacenadas células de memoria producidas por antiguas infecciones con otros coronavirus. Esas células de memoria destruyen de manera cruzada al nuevo coronavirus.
Especialistas calculan que entre un 10 a un 15% de seres humanos son capaces de producir esos linfocitos de reacción cruzada.
La segunda teoría es también muy interesante y dice que algunos seres humanos (especialmente niños) tienen dentro de sus células una mayor cantidad de unas sustancias naturales llamadas receptores de reconocimiento de patrones (PRR, por sus siglas en inglés).
Esos PRR son parte del sistema de defensa del organismo y su misión es destruir cualquier microorganismo que logre penetrar al interior de la célula.
Una variedad de esos receptores, el llamado RIG-I, es muy activo en destruir diversos tipos de virus, entre ellos el virus de la influenza A que ingresan a las células. Y un reciente estudio europeo encuentra que la cantidad de los receptores RIG-I es mayor en los niños que en los adultos, lo cual explica por qué los niños no desarrollan formas graves de la enfermedad.
Las conclusiones de los estudios
En resumen, parece que ciertas personas, por mecanismos genéticamente determinados, son capaces de no infectarse por el nuevo coronavirus. Ya sea por estar protegidos de manera cruzada por antiguas infecciones por otros coronavirus o por producir dentro de sus células sustancias que destruyen al virus.
El conocer este tipo de detalles es importante para el desarrollo de nuevas vacunas o medicamentos que puedan dar protección a la mayoría de los seres humanos que son sensibles a la infección.
FUENTE: CNN en ESPAÑOL