Leipzig, Alemania. Si algo dejó entrever la pandemia fue la fragilidad de las cadenas de suministro a nivel global. Bastaron unos meses de cierre de actividad económica y un abrupto reinicio del comercio mundial para ver un efecto dominó que se extiende desde 2020 hasta nuestros días.
La ansiada recuperación del comercio derivó en un mayor movimiento en los puertos, en una escasez de contenedores, y una consecuente alza de precios en los fletes, que incluso contribuyó al actual fenómeno inflacionario. Regionalizar las cadenas de suministro parece ser una ventana de escape.
El nearshoring, una tendencia que consiste en migrar las actividades de negocio o de manufactura a un país más cercano al mercado del consumidor, cobra relevancia en un entorno como el posterior a la pandemia, en el que surgieron serias dudas sobre la viabilidad de concentrar la producción de insumos clave en un sólo país, sobre todo uno muy lejano desde las plantas manufactureras.
Este fue el caso de la industria automotriz, que a nivel global se vio afectada por la escasez de componentes provenientes de Asia. Para contrarrestar esto, el nearshoring ha sido la respuesta, pero su potencial podría requerir de un impulso adicional para detonar.
De acuerdo con Malithi Fernando, analista de ITF, la digitalización y la búsqueda de un transporte más sustentable son parte de los trabajos que deberían acompañar a la logística posterior a la pandemia, por lo cual también suponen un entorno atractivo para la manufactura de las empresas, pues hacia 2050 se espera que la demanda del transporte de carga crezca 2.6 veces a nivel mundial respecto a antes de la pandemia.
“Debemos alinear los paquetes de estímulos económicos del COVID-19 para también combatir el cambio climático”, explicó la especialista durante la celebración del International Transport Forum (ITF).
Además de una contribución al medioambiente, un beneficio económico resulta necesario. De acuerdo con un análisis de la consultora CBRE, el transporte supone hasta 70 por ciento de los costos de gastos en logística, por lo que es clave agregar más capacidad de almacenamiento en las regiones con potencial de atraer a más manufactureras.
“Debemos cambiar cierta logística para usar más el tren, que es más sostenible que el transporte carretero”, dice Neil Pedersen, director ejecutivo de Transportation Research Board (TRB). “Veremos muchos cambios en la región de Norteamérica, y creo que este será uno de los principales”, añade.
México cuenta con un particular atractivo dentro de la región de Norteamérica, tanto por su cercanía con Estados Unidos como por la renovación de su tratado de libre comercio con ese país, entre otros rubros. Pero Neil Pedersen, director ejecutivo de Transportation Research Board (TRB), considera que para mantener la confianza de las empresas inversoras se requiere de Estado de derecho.
“Las compañías hacen compromisos de largo plazo cuando tienen que hacerlo en términos de manufactura y suministros. Son industrias que quieren asegurarse de que realmente hay un compromiso”, concluye.
Con información de Revista Expansión.