La calificadora HR Ratings prevé que en el corto plazo las aerolíneas mexicanas podrían registrar impactos negativos en su rentabilidad debido a los incrementos en la turbosina, potenciales rebrotes de Covid-19 y restricciones de viaje, así como a la posible afectación en sus tráficos y costos por la asignación de vuelos en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA); sin embargo “están mejor posicionadas para afrontar los retos respecto a 2020”.
“Reconocemos que las empresas del sector inician el 2022 en una posición más sólida que en el 2019; consideramos que existen varios riesgos materiales que continuarán generando volatilidad en la rentabilidad”, dijo.
El precio de la turbosina que es el principal componente del gasto (35.4 por ciento en promedio en 2019 y 30.6 por ciento en 2021), expuso tuvo un incremento de 62 por ciento en 2021 y en el primer trimestre de 2022 subió 107 por ciento, aunque precisó que este efecto podrá ser parcialmente mitigado por incrementos en precios de los boletos y la recuperación en pasajeros que permitirá una modesta mejora en factores de ocupación.
Tan solo, mencionó que durante el 2021, el costo de este combustible en México aumentó en promedio 37.5 por ciento contra el 2020; mientras que el pasaje doméstico de las principales rutas subió en promedio 15.9 por ciento y el internacional 4.5 por ciento, este último aún afectado por una baja demanda; mientras que en el primer trimestre de este año, el precio escaló un 65.2 por ciento.
Hasta abril pasado, y considerando el periodo enero-abril, el precio promedio de las principales rutas domésticas subió 45 por ciento contra el mismo periodo del 2021, mientras que en rutas internacionales aumentó 63 por ciento.
“En el corto y mediano plazo consideramos que la turbosina será la variable más relevante para monitorear, por su potencial impacto en la volatilidad de los resultados operativos. Durante el primer trimestre del 2022, el precio subió casi 107 por ciento, resultado de un desbalance entre la oferta y la demanda, acentuada por el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania”, señaló.
Respecto a la migración de rutas comerciales y carga hacia el AIFA y al Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT) consideró que será de gran relevancia para el crecimiento de la industria, aunque “será muy importante monitorear la evolución de las rutas y frecuencias que cada aerolínea, así como sus factores de ocupación en estos aeropuertos y su impacto en la rentabilidad de cada una”.
“Consideramos que esto será un proceso lento y complicado por la falta de conectividad entre los tres aeropuertos, lo cual limitará el tipo de vuelo y rutas que se pueden considerar en cada uno de estos”, apuntó.
En cuanto a la flota, recordó que al cierre del 2021, México contaba con 310 aeronaves, un 12.7 por ciento más contra las 275 del 2020 y 12.7 por ciento menos que las 355 reportadas en el 2019. Durante los dos últimos años hubo una salida neta de 45 aviones, incluyendo 69 unidades de Interjet registradas en el 2019.
“En el corto plazo, esperamos que Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris expandan sus flotas ante las perspectivas de una mayor demanda, tanto por una normalización de la actividad económica, como por la reapertura y recuperación de frecuencias en los mercados internacionales”, expuso.
En este sentido, la calificadora estimó que entre 2022 y 2023, las tres aerolíneas continuarán mostrando una recuperación en el volumen de pasajeros totales, pero con dos cambios. En primer lugar, el crecimiento en usuarios tendrá una tasa de crecimiento menor, debido a la base de comparación y una mayor competencia, tanto en el mercado doméstico como en el internacional y en el caso de Aeroméxico se espera una recuperación más acelerada en términos relativos, beneficiada por una recuperación en el mercado internacional y viajeros de negocios. Para Volaris y Viva Aerobus, el escenario es moderado y estable que dependerá del incremento en frecuencias y rutas para cada una.
Además, recordó que desde mayo del 2021, México se encuentra en Categoría 2 y “mientras no regrese a la Categoría 1, el desarrollo de nuevas rutas, el aumento de frecuencias o el beneficio de uso de códigos compartidos entre el país y Estados Unidos estarán restringidos, lo cual limitará en términos generales el crecimiento”.
Con información de A21 y T21.