La estrategia del gobierno de subsidiar los combustibles ayudó a que México se ubique entre las 10 naciones con la gasolina más barata en América y la número 44 en el mundo, según la plataforma GlobalPetroPrices.
De acuerdo con la firma que analiza el valor de los energéticos en 168 países, el costo promedio en México es de 1.14 dólares por litro, cifra por debajo del promedio global de 1.44; esto lo coloca por encima de Brasil, Chile y Estados Unidos.
La plataforma indicó que existe una diferencia sustancial en estos precios entre las diferentes naciones dependiendo de su economía. “Como regla general, los países más ricos tienen los valores más altos, mientras que los pobres y los que producen y exportan petróleo tienen el costo significativamente más bajo”.
Añadió que una excepción a la regla es Estados Unidos, nación económicamente avanzada y que extrae y procesa crudo. En ese país cuesta 1.29 dólares el litro, debajo del promedio mundial pero superado por México.
Los cinco mercados con los combustibles más baratos en el mundo son Venezuela, 0.02 dólares por litro; Libia, 0.03; Irán, 0.05; Siria, 0.28; y Argelia con 0.31. Los de mayor precio son Hong Kong, 3.2 dólares; Islandia, 2.46; Noruega, 2.39, Israel, 2.38 y Dinamarca con 2.35 dólares.
La plataforma GlobalPetroPrices agregó que otro motivo por el cual se genera la diferencia en precios entre países es la aplicación de diferentes impuestos y subsidios para la gasolina, pues todos tienen acceso a los mismos costos del petróleo en los mercados internacionales.
El analista del sector energético, Ramsés Pech, explicó que la gasolina en México es más barata por el subsidio que aplica sobre el producto el gobierno federal, que si no existiera, sería más caro. Según sus estimados, en Estados Unidos el precio de dicho combustible bajó 2 pesos en los últimos 30 días, mientras que en el país aumentó.
El gobierno federal decidió, ante el incremento acelerado en el valor de los energéticos en el mundo por la invasión rusa a Ucrania, retirar al 100 por ciento el cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las gasolinas y cubrir ese hueco fiscal con los ingresos que obtienen del mayor precio del petróleo, por lo cual se habla de un subsidio.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que los altos precios del crudo devolvieron la importancia a los ingresos petroleros cómo fuente de recursos públicos, pero consideran que deberían ser ahorrados para contingencias futuras y no para subsidiar.
Otros organismos privados dicen que esta medida es regresiva y solo benefician a la población de mayores ingresos, cuando podrían ser para educación, salud, seguridad y programas sociales.
Con información de Mielnio.