Luego de suspender el fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) en 2021, México destina solo 0.12 por ciento de su gasto público para atender emergencias y reconstrucción por desastres naturales como temblores y huracanes.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de este año, se aprobaron 9 mil 054 millones de pesos para el ahora programa presupuestario FONDEN, de un presupuesto neto de 7.1 billones de pesos.
“Ahorita ya no tenemos fideicomiso, lo que tenemos es un programa presupuestario que se llama FONDEN, en cada año se destina una cantidad, para 2022 se presupuestó un dinero para supuestamente tenerlo ahí si ocurría un desastre”, explicó Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas en México Evalúa.
A diferencia de un programa presupuestario, un fideicomiso te permite ahorrar el dinero que no utilizaste en un ejercicio fiscal anterior, es decir, no lo devuelves a la Tesorería a final de año, se queda en un fondo con el objetivo de ahorrar y tener recursos cuando haya emergencias, agregó.
Para el siguiente año, Hacienda propone recursos por 17 mil 156 millones de pesos, lo que representa 0.20 por ciento del gasto neto del sector público.
Uno de los problemas con el nuevo esquema es que el presupuesto público es un deseo, una proyección, no significa que ya tienes el dinero, pues dependes de la liquidez del sector público; “todo está en juego: puede bajar el petróleo, haber una crisis económica; cuando tienes dinero ahorrado, ya tienes el dinero en la cuenta, está disponible para usarlo”, explicó Campos en entrevista.
“El nuevo esquema nos hace depender de la liquidez del gobierno y es justo lo que remedia esto cuando lo tienes ahorrado, ahora es un esquema más primitivo, poco funcional y que no garantiza que el Estado va a responder ante la emergencia”, agregó la especialista en finanzas públicas.
Fue en julio de 2021 cuando en el Diario Oficial de la Federación se publicó la abrogación del acuerdo para emitir las reglas generales del FONDEN. Hasta el 30 de junio pasado aún había 24 amparos pendientes por conciliar y para avanzar en el proceso de extinción del fideicomiso.
En 2017, cuando ocurrieron los temblores del 7 y 19 de septiembre, el FONDEN contaba con 9,000 millones de pesos y se hicieron efectivos recursos por 6,000 millones (360 millones de dólares) por bonos catastróficos del Banco Mundial. El costo de reconstrucción fue estimado en 48,000 millones de pesos, por el entonces gobierno al mando de Enrique Peña Nieto.
Uno de los principales motivos por el que el gobierno aplicó la extinción de este fideicomiso, y 43 más, fue que tras ellos había actos de corrupción y desvío de recursos.
No obstante, la constante en todos los gobiernos ha sido que no existe una política de transparencia y rendición de cuentas para brindar informes sobre el uso y el estado de estos recursos, explicó Campos.
En octubre de 2020, el entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, informó a la prensa que el FONDEN no tenía recursos. Al 30 de agosto de 2020 en el fondo había recursos por más de 4 mil 900 millones de pesos; sin embargo, por huracanes y los sismos de 2017 reportó pasivos por más 18,000 millones de pesos, la posición neta del FONDEN fue de -13 mil 123 millones de pesos.
Con información de Revista Expansión.