- Por su origen, la cerveza contiene vitaminas y minerales, además se sabe que su consumo moderado puede tener beneficios a la salud y alimentación, en tanto los destilados pierden la mayoría de sus nutrientes en su proceso de producción.
Es común pensar que la cerveza y los destilados son bebidas que pertenecen a la misma categoría, sin embargo, tienen diferencias fundamentales entre sí que van desde la apariencia, el sabor y el olor, hasta llegar al proceso de producción y los efectos que tiene su consumo en la salud y la alimentación de las personas.
Para comenzar a entender por qué no son lo mismo debemos ir a la producción. La cerveza, al igual que el vino y el pulque, forman parte de las bebidas fermentadas, donde ingredientes como los cereales y frutos altos en azúcares pasan por un proceso químico y biológico que consiste en un largo reposo a altas temperaturas; de esta forma los hidratos de carbono como la glucosa, la fructosa, la sacarosa y el almidón se transforman en alcohol etílico y dióxido de carbono.
Los destilados como el whisky, ron y vodka también pasan por un proceso de fermentación, pero después son destiladas, es decir, el líquido fermentado se calienta hasta llegar a la evaporación del alcohol, mismo que al ser condensado será más puro.
Generalmente, estas bebidas pasan por varias destilaciones para aumentar su grado alcohólico, por ello, gran parte del primer líquido desaparece por completo.
Niveles de alcohol
El grado de alcohol de ambas bebidas no es el mismo. Las fermentadas no superan los 16 grados. En el caso de la cerveza el promedio va de 2 a 11 grados, en tanto que los destilados llegan a alcanzar hasta 50 grados de alcohol.
La composición química es otro gran diferenciador entre la cerveza y los destilados. Por su origen, la cerveza contiene calcio, hierro, yodo, magnesio, zinc, sodio, potasio, fósforo, niacina, selenio, ácido fólico, antioxidantes, vitamina A, vitamina B6 y B12, vitamina C, D y E.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista European Journal of Epidemiology, se destaca que quienes beben cerveza moderadamente tienen 42 por ciento menos riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca.
Por el contrario, los destilados pierden la mayoría de sus nutrientes y propiedades debido a su proceso de producción. Además, tienen un alto concentrado de azúcares, incluso, los mezcladores y las bebidas preparadas suelen tener azúcar adicional que más tarde se convertirán en grasa si su consumo es elevado.
Finalmente, el nivel calórico dista mucho entre ambos tipos de bebidas. A continuación, presentamos una tabla comparativa que incluye el conteo calórico de los fermentados y algunos destilados.
Producto y calorías por cada 100 mililitros:
- Anís 265 calorías
- Tequila 264 calorías
- Whisky 245 calorías
- Coñac 233 calorías
- Ron 232 calorías
- Vodka 231 calorías
- Ginebra 220 calorías
- Vino tinto 71 calorías
- Sidra 50 calorías
- Cerveza 42 calorías
Fuente: Milenio.