De concretarse la propuesta legislativa para aumentar las vacaciones pagadas, México todavía seguiría debajo del promedio de días de descanso que ofrecen países miembros de la OCDE, según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Además, más de la mitad de la población ocupada se quedaría sin el beneficio, ya que trabaja en la informalidad, lo que implica ausencia de prestaciones laborales.
La organización recordó que el martes la Comisión del Trabajo del Senado aprobó un dictamen por el que se busca ampliar el periodo de vacaciones pagadas de seis a 12 días después del primer año de servicio.
La propuesta también sugiere ampliar el número de días de vacaciones por antigüedad laboral, al ofrecer dos días adicionales por cada año subsecuente hasta llegar a 20 días, en comparación con los 12 días que la Ley Federal del Trabajo establece actualmente. A partir del sexto año de trabajo, se aumentarían dos días por cada lustro laborado.
Al juntar las vacaciones mínimas anuales pagadas por ley con los días festivos oficiales, México suma 14, muy por debajo de los 38 que tiene Austria, que tiene el primer lugar, de acuerdo con un comparativo del IMCO basado en datos del Banco Interamericano de Desarrollo y la OCDE. Entre 27 miembros analizados, México está en el penúltimo lugar, solo por delante de Estados Unidos, que tiene 10 días.
De aprobarse la propuesta de reforma a la ley se tendrían 20 días de descansos pagados, con lo que México se ubicaría en niveles de Canadá (19 días) o Chile (20 días), pero quedaría lejos de los 30 días promedio de la OCDE.
México es el país de la OCDE donde se trabaja más horas al año, aunque es el menos productivo. En la nación se laboran 2 mil 128 horas anuales, 24 por ciento más que el promedio, lo cual no se refleja en el PIB, que está por debajo del promedio del organismo.
“Tenemos esta idea de que entre más se trabaja, más productividad, pero cuando vemos los datos y el PIB por hora trabajada, es decir, lo que cada hora de trabajo aporta a la economía, no necesariamente se refleja”, comentó la coordinadora de Mujer en la Economía del IMCO, Fernanda García, quien ejemplificó con Irlanda, donde se trabaja poco menos de mil 800 horas y se tiene una mayor productividad.
El IMCO expuso que un aumento de vacaciones puede contribuir a un mejor balance entre el trabajo y la vida personal, al dar más tiempo libre y de descanso a los trabajadores, que podrían ver mejoras en su desempeño.
Los sectores de la economía mexicana en donde se trabajan menos horas son también los que mayor PIB por hora producen. Durante el segundo trimestre de 2022, en los servicios inmobiliarios, la minería y las actividades corporativas las horas trabajadas representaron menos del 1 por ciento del total a nivel nacional, y el valor de la producción por hora trabajada fue entre 5 y 19 veces mayor al total nacional.
El análisis indica que la productividad es un tema importante porque, de aprobarse, la reforma aumentará los costos asociados al empleo formal, pues las primas vacacionales tendrán que aumentarse y las empresas deberán reorganizar sus operaciones para suplir al personal que esté en descanso.
El IMCO acotó que la reforma solo beneficiaría a las personas que están en la economía formal, que al segundo trimestre del año representaban el 44 por ciento de los 57.4 millones de los trabajadores totales.
Propuso que el incremento de vacaciones se acompañe de medidas adicionales, como la reducción de costos de la formalidad para las empresas, a fin de mejorar las condiciones laborales y propiciar el aumento de la productividad laboral.
García dijo que, en el caso de las Pymes, sector al que le impacta más el paso a la formalidad, se puede ampliar la periodicidad de las declaraciones fiscales, sobre todo para las que no llegan a cierto nivel de ingresos.
“Se pueden expandir los beneficios del Régimen de Incorporación Fiscal, buscar esquemas de seguridad social para pymes en sus primeros años en la formalidad, que tengan ciertos beneficios conforme van creciendo”, agregó.
El IMCO también sugiere invertir en el desarrollo de habilidades para fortalecer el talento, y mejorar la calidad del empleo, con horarios flexibles o permisos de paternidad, por ejemplo.
“Se requiere también que los costos asociados a este cambio no sean demasiado elevados y contraproducentes, para que no se generen desincentivos a la formalidad”, apuntó el think tank.
Con información de 24 Horas.