La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que la economía global enfrenta “un año difícil, más difícil que el año que dejamos atrás”.
“Esperamos que un tercio de la economía mundial esté en recesión”, dijo la funcionaria en una entrevista a la cadena CBS. “¿Por qué? Porque las tres grandes economías (Estados Unidos, la Unión Europea, China) se están desacelerando simultáneamente”, señaló.
El FMI ya había advertido en octubre que más de un tercio de la economía mundial se contraería y que hay un 25% de posibilidades de que el Producto Interno Bruto (PIB) global crezca menos del 2% en 2023, lo que define como una recesión global.
Al examinar las tres economías más grandes, Georgieva pintó una imagen mixta de su capacidad para resistir la recesión.
Si bien “Estados Unidos puede evitar la recesión”, la Unión Europea ha sido “muy afectada por la guerra en Ucrania: la mitad de la Unión Europea estará en recesión el próximo año”, dijo. Al mismo tiempo, China enfrenta un “año difícil”.
Las expectativas globales del FMI son las de un crecimiento del PIB de 3.2% en 2022 y una desaceleración a 2.7% en 2023, el crecimiento más débil desde la desaceleración mundial del 2001, salvo las crisis financieras mundiales y el covid-19.
“Lo peor está por venir, y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”, alertó el organismo en su informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), de octubre de 2022, en el que identificó a las crecientes presiones sobre los precios como la amenaza más inmediata.
Tendencias negativas
Los datos publicados el sábado mostraron que la reversión abrupta de China de su política cero Covid empujó a la economía en diciembre al ritmo más lento desde febrero de 2020, cuando el virus se propagó por las principales ciudades y provocó que los negocios cerraran.
La desaceleración en las economías más grandes “se traduce en tendencias negativas a nivel mundial: cuando observamos los mercados emergentes en las economías en desarrollo, el panorama es aún más grave”, dijo Georgieva.
Las cifras de manufacturas del índice de gerentes de compras publicadas el lunes mostraron lecturas negativas en Europa, Turquía y Corea del Sur. Los datos publicados el martes revelarán números igualmente nefastos para Malasia, Taiwán, Vietnam, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos.
Aun así, las perspectivas de la economía más grande del mundo pueden ofrecer un respiro. “Si se mantiene esa resiliencia del mercado laboral en Estados Unidos, el país ayudaría al mundo a superar un año muy difícil”, dijo Georgieva.
Elevar el nivel del costo
En el mundo posterior a la pandemia, las cadenas de suministro se están rehaciendo y es posible que los fabricantes no busquen la mano de obra y las materias primas más baratas, sino que equilibren el costo con la capacidad de recuperación, y esto podría elevar el “nivel del costo”, alertó la directora gerente del FMI.
“No deberíamos decir, ok, partimos el mundo en bloques, uno funciona aquí, el otro allá, porque el costo es muy, muy alto. Hemos calculado que sólo en el comercio, limitar el intercambio entre dos partes, cortaría 1.5 billones de dólares del PIB global año con año”, señaló durante la entrevista.
La fragmentación económica del mundo tendrá un costo con mayor impacto para las economías más abiertas en donde el efecto sería de más del doble.
Este planteamiento lo hizo la funcionaria ante los líderes del G20 en su pasada Cumbre en Bali, Indonesia, en noviembre.
Llamó a los 20 países más desarrollados para que “permitan que el comercio haga su trabajo”, y expuso que cálculos del FMI indican que un mundo dividido perdería al menos el 1.5% del PIB anual. Y el costo sería mucho mayor, 2 veces mayor o más, para economías abiertas, aquellas que dependen de la cooperación internacional.
Con información de El Financiero.