Los analistas ya lo habían previsto y ahora las cifras lo confirman: la inversión en energías renovables ha vuelto a un piso mínimo en el último año, como parte del efecto causado por los movimientos regulatorios impulsados por el gobierno federal y el cese de medidas para impulsar la inversión privada.
México sumó el año pasado inversiones por 1,000 millones de dólares relacionados con cualquier negocio enfocado en energía eólica y solar. La cifra se sitúa como la más baja desde 2016, cuando apenas se realizaban las primeras subastas de mediano y largo plazos impulsadas tras la reforma energética y cuando entonces las compañías también comenzaban a anunciar y desplegar grandes inversiones en algunas centrales eléctricas.
Los datos han sido recopilados en un informe elaborado por Bloomberg New Energy Finance. La baja cifra sumada durante todo 2022 contrasta con la inversión récord de 2017, de 6 mil 200 millones de dólares. Y es aun más baja que en los años previos a que la reforma energética comenzará a surtir efecto y aún no existían grandes medidas para fomentar la inversión en el sector. Por ejemplo, en 2014 la inversión fue de 2 mil 200 millones de dólares.
La explicación es simple, según el análisis. La incertidumbre regulatoria y los esfuerzos por contener la inversión privada en pro de la estatal CFE han mermado las intenciones por continuar con la extensión del parque de generación renovable y las oportunidades también han sido cesadas: el regulador ha pausado los nuevos permisos de generación y algunos activos ya listos para entrar al mercado continúan en pausa debido a la falta de autorizaciones para operar.
“Las políticas energéticas de AMLO, contrarias a los negocios, y la retórica nacionalista han paralizado las inversiones en el sector de energía limpia de México. La incertidumbre política ha hecho que las empresas privadas sean reacias a desplegar capital y, en particular, en proyectos eólicos y solares”, dice el informe de Bloomberg en uno de sus primeros puntos.
“Se espera que el esfuerzo de AMLO en el primer semestre de 2022 para revertir la liberalización del mercado y expandir el control de CFE continúe desacelerando el desarrollo de energía limpia. Se espera que el actual gobierno siga centrándose en la reforma del sector de la energía, lo que mantendrá la incertidumbre en materia de políticas y limitará la inversión privada, con consecuencias negativas para la energía renovable”, continúa el texto.
Los esfuerzos a los que se refiere el texto son básicamente el impulso de la reforma constitucional durante los primeros meses del año pasado, que no fue aprobada por el legislativo. Pero de la que algunos puntos sí se han puesto en marcha: los analistas del sector hablan de que la energía producida en algunas centrales eólicas y solares ya no ha sido subida al sistema como parte de la premisa de incrementar la participación de la CFE en el mercado de generación.
Los datos del Centro Nacional del Control de Energía (CENACE) indican que la estatal eléctrica aumentó su porcentaje de participación el año pasado a 40% del total, como parte de una recuperación continua desde 2020 cuando la cifra fue de 37%.
Bloomberg New Energy Finance estima que la tendencia de bajas inversiones continúe durante el año próximo con un posible revés hasta 2025, cuando se podría abrir la posibilidad de un cambio en el rumbo de la política eléctrica ya terminado el sexenio.
Los efectos de la política han ido más allá. El año pasado, por primera vez desde que se tiene registro, la producción de energía renovable disminuyó en el país: la generación en centrales solares se redujo 4.6% y la eólica 3.5%.
“Yo te diría que todo ha sido efecto de un criterio de despacho que justifica darle prioridad a las centrales térmicas, bajo la excusa de confiabilidad”, dice Casiopea Melgar, una analista y socia de la consultora Fresh Energy.
“Es el primer año que baja la generación solar, la cual tiene un patrón muy estable, no hay justificación técnica para que la producción solar baje de un año a otro. Los eólicos sí pueden presentar variaciones anuales en el recurso -la cantidad de viento disponible-, pero se ve una reducción de generación muy acentuada y un crecimiento de las centrales térmicas, como carbón y gas”, explica.
A la par de la disminución en la inversión en energías renovables y su participación en el mercado de generación, el gobierno federal ha reforzado su participación en el sector. Ha anunciado la creación de una serie de parques solares –que se unirán al de Puerto Peñasco, ya en construcción– y de otras plantas eólicas de las cuales no ha revelado más detalles. Pero los analistas dudan que los anuncios logren revertir la tendencia a la baja en la inversión y generación de energía en el mercado de renovables.
Con información de Revista Expansión.