El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó este miércoles que con Estados Unidos no hay ruptura por la prohibición que lanzó su gobierno para la importación de maíz transgénico para consumo humano sino, al contrario, hay convencimiento sobre el por qué su administración debe privilegiar la salud de los mexicanos.
“Estamos platicando con ellos en muy buenos términos, explicando por qué tomamos esta decisión que tiene que ver con la salud y ofreciéndoles que podamos hacer, las agencias de salud, un análisis sobre el maíz transgénico, sobre sus contenidos. Ellos dicen que tienen expertos, tienen contratados a premios Nobel pero sigue habiendo mucha desinformación en contra de estas semillas y sobre todo la utilización de agroquímicos que afectan la salud”, sostuvo el jefe del Ejecutivo federal.
Hace unos días, el gobierno federal publicó un decreto para revocar permisos y no conceder nuevas autorizaciones de uso y liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado para consumo humano, a fin de evitar una disputa con Estados Unidos sobre el comercio de este alimento.
El decreto, firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, instruye a las autoridades de bioseguridad a revocar y negar autorizaciones para el uso de grano de maíz genéticamente modificado para la alimentación humana y plantea que habrá una sustitución gradual.
“Esto no solo es en beneficio de los consumidores de México sino de los Estados Unidos; no se deben permitir alimentos que son dañinos para la salud. Estamos avanzando con ese propósito hasta ahora han venido ellos entendiendo que tenemos que actuar así. No hay ruptura, es fijar con claridad en que no se admite el transgénico para alimento humano”, afirmó.
El decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla. Lo anterior, no representa afectación alguna al comercio ni a las importaciones, entre otras razones, porque México es autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos.
Asimismo, fija un periodo de transición para remplazar el glifosato en la agricultura con límite hasta el 31 de marzo de 2024.
Con información de Forbes.