Las mujeres siguen enfrentando barreras para entrar, permanecer y crecer en el mercado del trabajo. Pese a ello, recuperaron los empleos que perdieron por la pandemia y no sólo superaron las cifras de ocupación remunerada que tenían antes del covid-19, sino en que en 2022 lograron cifras históricas de participación laboral.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la participación laboral femenina registró el año pasado un nivel promedio cercano a 45.0%, con un pico de 46.7% en noviembre, el dato mensual más alto desde que se comenzó a levantar esta medición en 2005, destacó el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO).
De esta manera, más mujeres rompieron esa primera barrera para ingresar al mundo laboral. Muchas seguirán enfrentando la brecha salarial, la doble jornada de trabajo, el estancamiento en puestos medios, el acoso y el hostigamiento y otras circunstancias, pero su mayor presencia en la economía y los cambios que millones impulsan van dando resultados.
Hasta diciembre de 2022, las mujeres representaban el 40% de la fuerza laboral total y los hombres, el 60%. Esto significa que el 100% de las trabajadoras que perdieron su empleo en abril de 2020 por el covid-19 lo recuperaron, apunta el IMCO en su monitor Mujer en la economía.
En promedio, ellas ganan 87 pesos por cada 100 que gana un hombre. El ingreso mensual para los trabajadores es de poco más de 9,000 pesos, mientras que las trabajadoras reciben 7 mil 837 pesos al mes, señala el organismo con base en la información de la ENOE. De acuerdo con Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), por cada hora trabajada, las mujeres ganan 49 pesos y los hombres 54.
A pesar de la desigualdad persistente, ha habido una mejoría. Con datos preliminares, la brecha salarial observada en 2022 fue de -13.4%, esto implica que por cada 100 pesos que perciben los hombres, las mujeres reciben un poco más de 86 pesos. Cuando empezó a levantarse la ENOE en 2005 este indicador era de -20.5%.
La Cámara de Diputados tiene congelado una minuta que busca atender el tema, un paquete de reformas a 13 leyes federales para garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres. El proyecto, aprobado en marzo de 2021 en el Senado, establece la obligación para las personas empleadoras de identificar e informar a las autoridades las acciones para eliminar cualquier diferencia injusta en las remuneraciones.
Dobles jornadas laborales
Si bien las mujeres que dejaron de laborar por la pandemia han vuelto a trabajar de manera remunerada, su regreso “ha sido más tardío que el de los hombres y han cambiado sus condiciones laborales”, señala el IMCO.
El 35% de las mujeres empleadas están subocupadas. Esto quiere decir que tienen la necesidad de laborar más horas y, por lo tanto, ganar más dinero. Según datos de la ENOE recuperados por el instituto, el 53% de las trabajadoras por cuenta propia están en esa misma situación y 3.4% de quienes son empleadoras.
“En diciembre de 2022, 13% de las mujeres mayores de 15 años con posibilidad de incorporarse a la economía no buscaron trabajo, pero aceptarían uno si se les presentara la oportunidad”, destacó el organismo. En abril de 2020, al inicio de la pandemia, esta proporción era de 38%.
En el caso de las mujeres, uno de los principales motivos de subocupación y de no buscar activamente un trabajo tiene que ver con las tareas del hogar y de cuidados que realizan, pero sin generarles ingresos económicos.
Con base en datos de la última Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, el IMCO señala que los hombres aportan el 28% del tiempo que requiere el trabajo del hogar y de cuidados no remunerados. Las mujeres, con empleo o sin él, contribuyen con el 73%.
¿Dónde te tocó nacer?
En tanto, la informalidad laboral afecta más a las mujeres. El 55% de las trabajadoras no cuenta con acceso a una institución de salud por parte de su trabajo, o no cotiza en una institución que le reconozca las semanas laborales para que un día pueda retirarse. En el caso de los hombres, el 48% también está en esta situación.
Y en un país donde persisten las desigualdades económicas y sociales, el destino laboral y económico de las personas está definido en buena parte por el lugar en el que viven.
El IMCO ha evaluado la capacidad de las entidades federativas para atraer, retener y aprovechar el talento de las mujeres y les otorga un puntaje según las opciones que les brinda. La calificación máxima es de 100 puntos, pero ninguna llega a ella, la Ciudad de México, con 64.8 puntos, es la que más se acerca.
Baja California Sur (62.1), Baja California (57.9), Colima (57.2) y Nuevo León (51.8) completan los cinco primeros lugares donde las mujeres tendrían más posibilidades de tener un trabajo y permanecer con empleo más tiempo.
Del otro lado, las cinco entidades “con las peores condiciones para la entrada, permanencia y crecimiento de las mujeres en la economía remunerada” están encabezadas por Chiapas, con 26.8 puntos, Tlaxcala (27.8), Veracruz (28.3), Guanajuato (28.4) e Hidalgo (30.8).
Con información de El Economista.