El banco estadounidense First Citizens comprará el grueso de los activos del Silicon Valley Bank (SVB), cuya quiebra este mes desató una oleada de pánico en el sector bancario de Estados Unidos y Europa.
En una transacción vigilada por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) de Estados Unidos, First Citizens acordó comprar “sustancialmente todos los créditos y algunos otros activos, y asumir todos los depósitos y algunos otros pasivos del Silicon Valley Bridge Bank”, indicó el banco comprador en un comunicado de prensa, en el que aludió a la entidad creada por las autoridades para gestionar lo que quedó del SVB tras la quiebra.
El domingo, los reguladores bancarios indicaron que la transacción incluye la venta de 72 mil millones de dólares de activos con un descuento de 16 mil 500 millones.
SVB tenía en el momento de su quiebra el 10 de marzo 119 mil millones de dólares de depósitos, detalló la FDIC.
First Citizens señaló que la compra se produce luego de un proceso competitivo de ofertas y confirmó los descuentos en los créditos de SVB, así como en los depósitos, que cayeron significativamente desde que el banco quedó bajo tutela federal, el 10 de marzo.
Los depositantes del SVB se convertirán “automáticamente en depositantes del First Citizens Bank”, puntualizaron las autoridades.
Aunque los préstamos y depósitos serán gestionados por el First Citizens, la FDIC retendrá unos 90 mil millones de dólares en títulos y “otros activos” de forma precautoria.
Por último, el mecanismo estadounidense de garantía de depósitos, gestionado por la FDIC, absorberá 20 mil millones de dólares de pérdidas.
“Es realmente afortunado que los bancos no sean considerados tan quebrados que nadie los quiera”, resumió Alexander Yokum, analista de CFRA Research.
La caída del SVB, especializado en empresas tecnológicas, supuso la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde 2008 y además desestabilizó al sector de una forma que a muchos les recordó a la crisis financiera planetaria que estalló en aquel año.
SVB se encontró en una situación crítica tras anunciar la venta de 21 mil millones de dólares en títulos financieros, con unas pérdidas de mil 800 millones, y la intención de ampliar su capital.
El anuncio generó una retirada masiva de fondos que llevó a que el 10 de marzo la autoridad competente la declarara insolvente y tomara el control.
El 13 de marzo, abrió sus puertas el Silicon Valley Bank Bridge con un gestor encargado de encontrar una solución para lo que quedó del arruinado banco.
Entre los factores que precipitaron su quiebra figura la rápida subida de las tasas de interés acometida por la Reserva Federal (FED, banco central) de Estados Unidos para combatir la inflación.
Esa subida de tipos de interés se tradujo en una depreciación de la cartera de bonos del Tesoro que poseía el SVB, y cuyo valor fluctúa de manera inversa a las tasas que pagan esos títulos.
El incremento de los tipos de interés elevó igualmente el coste de los préstamos, por lo que las empresas clientas del SVB recurrieron a sus ahorros para pagar intereses más altos.
Al mismo tiempo que el SVB, otros dos bancos quebraron en Estados Unidos -Signature Bank y Silvergate- y varias entidades regionales sufrieron en bolsa. Las turbulencias se extendieron a Europa, con pérdidas generalizadas en el sector.
First Citizens precisamente había perdido 23% de su valor en bolsa desde inicios de enero antes de comprar SBV. First Republic llegó a perder un 80% de su valor en cuestión de días.
La semana pasada, la FDIC anunció un acuerdo similar para la compra de una parte de Signature Bank por parte de Flagstar Bank, una filial del New York Community Bancorp.
Flagstar absorbió las 40 sucursales de Signature y el grueso de los 88 mil 600 millones de dólares de depósitos. Pero unos 60 mil millones en préstamos siguen bajo control de las autoridades.
Con información de 24 Horas.