La suma de la deuda de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) significan una carga importante para las finanzas públicas del país, ya que equivale al 7.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
De manera particular, PEMEX es la empresa que más contribuye con estos compromisos financieros, ya que, al cierre del primer semestre del año, la deuda de la petrolera se elevó a 110 mil 509 millones de dólares. Por lo tanto, la deuda equivale al 6.1 por ciento del PIB de México.
PEMEX argumentó que el crecimiento de la deuda se debió a la fuerte apreciación del peso contra al dólar, al pasar de 18.11 a 17.07 pesos por dólar al cierre de junio del presente año.
El 95.5 por ciento de la deuda de PEMEX es deuda financiera, mientras que el 4.5 por ciento restante es monetización de pagarés del Gobierno Federal.
En lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la deuda de PEMEX se ha reducido en un 13.1 por ciento.
Entre 2009 y 2018 se disparó la deuda de la petrolera en 87.9 por ciento, al pasar de 67 mil 630 millones de dólares a 127 mil 100 millones de dólares.
Mientras que el saldo de la deuda de CFE fue de 23.6 mil millones de dólares al cierre del primer semestre del año, lo que equivale al 1.3 por ciento del PIB de México.
La deuda de la empresa eléctrica fue 10.1 por ciento inferior a lo observado durante el primer semestre del 2022, aunque 13.4 por ciento superior a lo registrado durante el mismo periodo de 2018.
Según el reporte ‘CFE: En la mira’, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), del saldo total de la deuda de la CFE, un 22.5 por ciento corresponde a deuda con vencimientos menores a un año (corto plazo), mientras que el 77.5 por ciento tiene vencimiento mayores o iguales a un año (largo plazo).
“El saldo de la deuda de corto plazo creció 28.8 por ciento, al pasar de 70.5 mil millones de pesos durante el primer semestre de 2022 a 90.7 mil millones de pesos durante la primera mitad de 2023″, indicó el IMCO.
En contraste, la deuda de largo plazo pasó de 377.2 a 311.8 mil millones de pesos, lo que significó una reducción anual de 17.3 por ciento.
Con información de El Financiero.