El cambio climático y las tendencias de los mercados ejercen una presión persistente que hace “bastante difícil” anclar la inflación global, dijo el director del fondo soberano de Noruega.
Los bancos centrales del mundo tienen dificultades para controlar el alza de precios de bienes y servicios, pese a que desde el final de la pandemia han subido las tasas de interés.
“Pensamos que puede ser muy difícil anclar la inflación global”, afirmó Nicolai Tangen, que es el director del fondo soberano gestionado por el banco central de Noruega.
Los precios manufacturados están al alza en un momento en que está en boga la venta de productos fabricados cerca del consumidor, dijo Tangen.
Además de esta tendencia, conocida como nearshoring, “una cosa nueva es el efecto del clima, es decir el vínculo del clima y la inflación”, dijo, señalando un alza de los costos de los alimentos.
“El aceite de oliva, las papas, la carne, todas estas cosas impulsan la inflación”, explicó. “Lo que es nuevo es que (el clima) también esté afectando la productividad”.
Tangen citó como ejemplo el verano en curso en Europa.
“Este año ha sido tan caluroso que no se puede trabajar a mediodía”, señaló, apuntando además el aumento de fenómenos climáticos extremos que lastran el turismo.
El mes de julio de 2023 estuvo marcado por olas de calor e incendios en varios países y fue el mes más cálido registrado en la Tierra, según el observatorio climático Copernicus de la Unión Europea.
El fondo soberano de Noruega es el más grande del mundo y al final de junio alcanzó un valor de 1,460 billones de dólares.
Con información de Revista Expansión.