Tijuana, B.C.- México debe transitar hacia la reducción de la jornada laboral, sin embargo, cuestiones como los aumentos en las prestaciones contemplados en los próximos meses, así como también el incremento al salario mínimo, hacen que esto sea viable en el mediano plazo, pues de darse en 2024, afectaría la operatividad de muchas empresas.
Lo anterior fue abordado por Gustavo de Hoyos Walther, socio fundador de la firma legal “De Hoyos-Avilés”, quien explicó que el sector privado está de acuerdo en esta transición, sin embargo, en este momento no todas las empresas tienen la capacidad de solventar ambas mejoras a los trabajadores, por lo que se pondrían en riesgo.
“Lo que pasa es que es difícil tener todo a la vez; si le sumas disminución de la jornada laboral a la vez que está pasando lo otro (aumento de prestaciones), puede ser que a algunas empresas ya realmente se les comprometa. Ahorita en el corto plazo hay que escoger entre un crecimiento más rápido y salario, o que bajen la velocidad de crecimiento para dar cauce a jornadas menores”, detalló.
Sobre esto, el empresario consideró que de momento la opción más viable es el aumento salarial y de prestaciones, pues a diferencia de lo que se cree, este es un aspecto que beneficia a la economía, puesto que no es el causante de la inflación y además hay personas que cuentan con más de un trabajo para generar mayores recursos.
“El incremento salarial, como se ha estado realizando en los últimos años, no ha sido el causante de la inflación. Eso tiene que ver más con la falta de incentivos a ciertos sectores empresariales, especialmente en el campo, que no ha permitido que aumente la producción y con eso la oferta y la demanda de mejores precios en varios productos”, explicó.
“Yo escogería incrementos salariales porque muchas personas trabajan más de una jornada para tener mayor ingreso. Digamos, estamos bajando la jornada obligatoria por acá y haciendo que esa gente trabaje más horas por otro lado para complementar”, agregó.
En ese sentido, De Hoyos Walther reiteró que la reducción de la jornada laboral de 48 a las 40 horas por semana es una situación a la que eventualmente se debe llegar, pero en un plazo entre los 3 y 4 años, periodo en el que puede reducirse la jornada paulatinamente.
“Yo me inclinaría por un consenso para que se reduzca de una manera paulatina. O sea, tomar el acuerdo ahorita diciendo, ‘a ver, va a bajar de esta manera y vamos a llegar al año 2027 a esa jornada’. Creo que por ahí sería un buen camino. Pero insisto, nadie en el sector privado deja de reconocer que eso tiene que pasar”, concluyó.
Con información de El Mexicano.