La economía mexicana da señales de que el dinamismo mostrado a lo largo del año se mantendrá en el último tramo y se encamina a un crecimiento de 4.2 por ciento anual en noviembre, según el INEGI, lo que ha llevado a revisiones al alza no solo los pronósticos para este año, sino también para 2024.
El dato de noviembre sería el más elevado en 11 meses, es decir, desde diciembre del año pasado, cuando la actividad creció 4.4 por ciento anual, según cifras desestacionalizadas del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE).
Además, en su comparación mensual, el IOAE crecería 0.4 por ciento en noviembre, con lo que ligaría ocho meses con datos positivos.
Detrás de este sólido crecimiento destaca tanto el sector secundario o de la industria, como el terciario en el que se agrupa el comercio y los servicios, cuya resiliencia ha permeado al total de la economía y que llevaría a un crecimiento del PIB cercano al 3.4 por ciento este año.
La industria mostró una expansión de 5.1 por ciento anual en noviembre, ligeramente por debajo del 5.2 por ciento observado en octubre; mientras que los servicios habrían acelerado de 3.1 por ciento en octubre a 3.7 por ciento en noviembre.
Alejandro Álvarez, analista de Engen Capital, indicó que el “sector secundario está tomando fuerza por sexto mes consecutivo a causa del extraordinario repunte de la industria de la construcción, tanto privada como pública”, impulsadas por las obras del gobierno.
Por su parte, el economista en jefe de Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada Díaz, atribuyó que la industria de la construcción o manufactura tiene detrás como factores del crecimiento la “fortaleza de la economía estadounidense e internamente la expectativa que genera el nearshoring”.
Impacto leve en EU
Otro de los aspectos clave de la industria se observó en la manufactura que, con base en el Indicador Multidimensional de la Manufactura BBVA, avanzó 0.5 por ciento anual en noviembre, tras la huelga en el sector automotriz de Estados Unidos que inició a mediados de septiembre y se extendió hasta el cierre de octubre.
“El dato de noviembre sugiere que los efectos de la huelga automotriz en Estados Unidos fueron temporales, con una recuperación de la producción en el undécimo mes del año, ante el reinicio de actividadesen las plantas afectadas”, según el documento de BBVA firmado por Saidé Salazar.
Declive gradual
Frente a este entorno de mayor resiliencia, los pronósticos dejan de lado un posible escenario de recesión y aunque han mejorado las previsiones de crecimiento del 2024, se observará un declive gradual, según el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF) y el PIB crecería 2.3 por ciento.
“Se anticipa un declive gradual en el ritmo de la expansión de la economía, que es resultado tanto de un año 2023 bastante mejor a lo que se preveía originalmente como de los vientos en contra que se esperan para la economía en estos próximos dos años”, dijo el presidente del IMEF, José Domingo Figueroa.
Mario Correa, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, añadió que la duración de esta fortaleza depende de factores como lo que pasa en Estados Unidos, en el que el consumidor ha mostrado fuerza, pero ahora los niveles de ahorro están por debajo de lo que tenían en el 2019, por lo que “podría venir un frenón”.
Demanda externa, clave
BBVA anticipó que la paulatina desaceleración de la demanda externa restará vigor a la manufactura en los siguientes meses, ante el prolongado periodo de altas tasas de interés.
“En el mediano plazo, la expectativa de relocalización de la producción (nearshoring) impulsará la producción en el sector, tal como lo señala el rápido crecimiento en inversión en maquinaria y equipo, que a la fecha se ubica 30.1% por arriba de su cifra prepandemia”, dijo Salazar.
Calzada también consideró que el comportamiento de la industria va a depender del impulso de la economía estadounidense que, “en el caso de la manufactura es el principal destino de las exportaciones” y destacó que los riesgos externos llegarían del lado de Estados Unidos.
“Para el sector servicios definitivamente dependerá de la demanda interna, mientras se mantenga la confianza del consumidor y buenas expectativas sobre el desempeño de la economía mexicana, consideramos que puede persistir este dinamismo”, dijo el experto de Rankia.
Con información de 24 Horas.