Entre la fuerza laboral de Latinoamérica, los mexicanos son los más abiertos a perder flexibilidad laboral con tal de una mejora en sus salarios. Con un 77% de las personas dispuestas a sacrificar un trabajo flexible por un mejor sueldo, es la proporción más alta de la región.
Este es uno de los hallazgos del informe Panorama del Mercado Laboral en Latinoamérica de Deel y Opinaia.
De acuerdo con el estudio, en Latinoamérica cerca del 68% de los trabajadores prioriza un buen sueldo por encima de la flexibilidad laboral, pero esta tendencia se observa en mayor medida en México.
“En México se ve todavía una tradicionalidad en el ambiente de negocios, todavía es común asistir a la oficina, hacer negociaciones presenciales y eso puede estar relacionado también con darle más peso a la compensación que a la flexibilidad porque de cualquier manera vas a tener que asistir a la oficina y una relación de trabajo mucho más estructurada”, dijo Natalia Jiménez, directora regional para Latinoamérica de Deel.
En ese sentido, el 40% de los mexicanos encuestados se inclina por un modelo presencial, también la mayor proporción de la región. La fuerza laboral del país es la que percibe una mayor conexión entre la presencialidad y la comunicación de los equipos y el crecimiento profesional.
Sin embargo, esta postura no elimina por completo el deseo de esquemas de trabajo flexibles y los beneficios que pueden tener en aspectos como el balance vida-trabajo. De hecho, se mantiene entre los principales motivadores de la fuerza laboral.
De hecho, el balance vida-trabajo es la tercera característica del empleo ideal para los mexicanos, sólo por detrás de la compensación y el crecimiento profesional.
En ese sentido, Natalia Jiménez advirtió que las políticas de atracción y retención de talento basadas sólo en altas remuneraciones no serán las más adecuadas en los nuevos escenarios laborales y con las expectativas de la fuerza de trabajo.
“Uno de los principales riesgos es que el salario cada vez será una herramienta más difícil de controlar, en cualquier momento llega una empresa internacional que paga dos o tres veces más y si la única herramienta de fidelización es el salario, el talento se perderá muy fácil, esto es una tendencia inevitable. Si no le damos relevancia a la flexibilidad, a los beneficios, a los planes de carrera y el bienestar, el riesgo es que la gente se puede ir en cualquier momento”, expuso en rueda de prensa.
EL TRABAJO ES IMPORTANTE, PERO NO LO ES TODO
Si bien el factor monetario se mantiene como uno de los elementos más importantes, la forma en la que se percibe el trabajo está cambiando. Una tendencia en la región es que las personas están valorando más su vida personal que la vida laboral.
Entre los aspectos más valorados de la vida, el 91% de los encuestados en México afirma que lo más importantes es la familia, por arriba del trabajo. El país -junto con Colombia- se ubica como la economía con mayor proporción de personas que prioriza su vida personal sobre la trayectoria profesional.
Y en este escenario, la flexibilidad laboral forma parta de la ecuación. Aún con la disposición de sacrificar el trabajo flexible por mejores ingresos, las personas reconocen que entre los beneficios de estos esquemas de trabajo se encuentran:
– Mejor equilibrio entre la vida laboral y personal
– Aprovechar mejor el tiempo libre
– Más autonomía y posibilidad de desarrollar ideas innovadoras
– Menos tiempo de desplazamiento
“Las empresas deben entender que si no se suben a este bus, el talento maduro que está dentro de la empresa tarde o temprano se va a jubilar y no se tendrá cómo retener al nuevo talento se perderá competitividad, al final tener al mejor talento es tener mayor competitividad para el negocio”, afirmó Natalia Jiménez.
Con información de América Economía.