El desencuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con los embajadores de Estados Unidos y Canadá por sus opiniones sobre la Reforma Judicial han despertado inquietudes sobre la relación comercial en tres los tres países, particularmente del riesgo que corre el T-MEC.

La relevancia de la relación con Norteamérica pone en relieve la necesidad de que México mantenga una estrategia que le favorezca, pues de ésta dependen empleos, intercambio comercial e inversiones.

De acuerdo con un análisis de México ¿cómo vamos?, son 14.6 millones de empleos en el país que están vinculados a sectores asociados a la integración comercial con Estados Unidos y Canadá.

Es decir, que casi un cuarto de la población ocupada en México trabaja en sectores como la manufactura, el comercio al por mayor y el transporte y almacenamiento de empresas de estos países.

Además, en los últimos años, trabajadores y trabajadoras mexicanas han cubierto vacantes en Norteamérica en sectores con escasez laboral como agricultura, construcción y atención médica.

En el T-MEC se disponen de ciertas visas, lo cual ha promovido una entrada legal y controlada cada vez mayor de profesionales facilitando la integración laboral de la región.

El think tank también resalta en esta integración que favorece a México, 84% de las exportaciones de bienes mexicanos no petroleros tienen como destino Estados Unidos.

México es el principal socio comercial de Estados Unidos y el segundo de Canadá. Y hay un intercambio de 1.6 billones de dólares en comercio regional anualmente.

Agrega que, gracias a la integración comercial, la población de México puede comprar más cosas y acceder a servicios a mejores precios.

Sin el tratado comercial, la inflación al consumidor sería mayor porque los productos que vienen del exterior o que fueron ensamblados en México con insumos importados, serían mucho más caros.

En lo que respecta a la Inversión Extranjera Directa (IED) que capta México, 44% proviene de Estados Unidos y 8% de Canadá.

“La estrecha relación entre México y Estados Unidos va más allá de ser principales socios comerciales; esta relación sugiere una confluencia socioeconómica, especialmente visible en los estados del sur de Estados Unidos y los del norte de México, en aspectos clave para el progreso social como la educación y la salud”, concluye el centro de investigación.

Con información de Revista Expansión.