Por Maciel García*
El anuncio de aranceles recíprocos por parte de la administración de Trump constituye un desafío de gran envergadura para la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX) en México, especialmente en sectores como el automotriz, electrodomésticos, autopartes y aquellos vinculados con el acero y aluminio. La imposición de un arancel del 25 por ciento a las importaciones mexicanas, aunado a la incertidumbre sobre la aplicación de medidas adicionales, podría desencadenar una recesión y modificar radicalmente las dinámicas de las cadenas productivas en el país.
Históricamente, la IMMEX ha aprovechado la integración transfronteriza para reducir costos y posicionarse competitivamente en el mercado global. Sin embargo, la medida anunciada rompe con décadas de política de apertura comercial y de integración en las cadenas de valor de Norteamérica. Con más del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas dirigidas al mercado estadounidense, la aplicación de aranceles no solo incrementará los costos de producción y exportación, sino que también generará incertidumbre en las inversiones, el empleo y en la planeación de la producción, lo que podría llevar a replantear decisiones estratégicas de las multinacionales. En el caso del sector automotriz, cuyos insumos y partes de vehículos cruzan varias veces las fronteras, la afectación sería mayor.
Ante este escenario, es imperativo adoptar estrategias que permitan mitigar los efectos negativos de los aranceles. Por lo que se proponen al menos dos estrategias clave:
- Fortalecimiento de la cadena de suministro local. La integración y el fortalecimiento de la cadena de valor nacional se presentan como mecanismos esenciales para contrarrestar el encarecimiento de los insumos importados. Incentivar alianzas estratégicas entre proveedores y fabricantes, así como promover la producción local de componentes críticos, reducirá la vulnerabilidad frente a los aranceles y bajar los costos logísticos.
- Diplomacia comercial. Frente a la imposición unilateral de aranceles, es crucial que el sector público y privado impulsen una estrategia coordinada de negociación, colocando sobre la mesa estrategias de seguridad fronteriza, la reducción del tráfico de drogas ilícitas, como el fentanilo, y la migración irregular de personas. Lo anterior, para el fortalecimiento del T-MEC y para buscar mecanismos de compensación que reduzcan el impacto de las medidas proteccionistas.
En un análisis crítico, es evidente que los aranceles recíprocos, aunque enmarcados en una estrategia de “nivelar el terreno de juego”, generan consecuencias negativas que pueden alterar profundamente la dinámica económica y la integración de Norteamérica. La incertidumbre creada no solo afecta a los productores y exportadores, sino que también repercute en la capacidad de atracción de inversiones extranjeras, lo que podría derivar en una desaceleración del crecimiento económico y en la pérdida de empleos.
En definitiva, la industria maquiladora y manufacturera en México se encuentra en una encrucijada. La combinación de factores internos y externos, desde la dependencia del mercado estadounidense hasta la volatilidad política internacional, exige una respuesta integral y coordinada con poco margen de error.
*Maciel García tiene una Maestría en Economía por la Universidad de Guadalajara y un Doctorado en Ciencias Sociales por EL COLEF, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesor de tiempo completo en la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad, Mexicali. Contacto: [email protected]