Para cumplir con su compromiso de 35 por ciento de generación eléctrica limpia al 2024, México necesita una capacidad de producción adicional de fuentes de este tipo de 9 mil 500 megawatts, y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene planes para la instalación de apenas 1,350 megawatts de energía limpia en los próximos tres años, lo que es 85 por ciento menos de lo requerido, al tiempo que pretende aumentar la capacidad instalada de ciclos combinados para consumir 60 por ciento más gas natural importado, lo que elevaría la dependencia energética del país.
Para alcanzar la meta de 35 por ciento de generación eléctrica mediante energías limpias, pasando del actual 29 por ciento, se requerirá entonces una inversión de 10,000 millones de dólares, unos 210,000 millones de pesos, monto que equivale a dos tercios del presupuesto para todas las actividades de la CFE y es casi cuatro veces lo que la estatal planea invertir en sus propios proyectos de energías limpias, por lo que el organismo no podrá llegar a esta meta si se detiene el crecimiento de la inversión privada, explicó Leopoldo Rodríguez Olivé, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE).
Así lo explicó el empresario durante la presentación del México Wind Power que se llevará a cabo los días 23 y 24 de marzo en la Ciudad de México.
“La política energética de cualquier parte del mundo debe tener hoy en el centro el combate al cambio climático, como sea, en redes, con eficiencia, con renovables, pero que se lleve a cabo”, dijo.
En México se llegó en 10 años a una capacidad de 7 mil 154 megawatts eólicos en operación, que es 9 por ciento de la capacidad instalada del país bajo todas las tecnologías, crecimiento que requirió inversiones de 2 mil 500 millones de dólares y que suman 12 mil 500 millones de dólares en total, a decir del empresario, gracias a que había certeza jurídica a largo plazo, a que dos reguladores, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) con visión de piso parejo, proyectos claros a futuro del gobierno en sustitución de fósiles y condiciones atractivas de financiamiento.
Sin embargo, recordó que se está discutiendo un modelo en el que se pretende privilegiar la generación fósil que inevitablemente traerá energía más cara y que cancela la transición energética.
“El tema que está viviendo hoy Europa y en particular España no tiene que ver con el modelo de mercado sino con la dependencia de combustibles fósiles importados y con el conflicto bélico se ha recrudecido”, aseguró.
Entre todos sus proyectos de energía limpia, la CFE proyecta una inversión de 2 mil 860 millones de dólares para el 2024, de los cuales 893 millones serán para las nueve centrales hidroeléctricas ya adjudicadas, mientras que las restantes cinco costarán alrededor de 322 millones de dólares por central, según los montos calculados por la estatal en la licitación. A la vez, el proyecto piloto de producción de hidrógeno verde costará 5 millones de dólares y la central forovoltaica de Puerto Peñasco, en Sonora, 1,640 millones de dólares.
Emergencia climática
Ben Backwell, CEO del Global Wind Energy Council (GWEC) detalló que a nivel global, en 2020 se logró una instalación de 94 gigawatts a partir del viento y para el 2021 instalados se añadió una cantidad similar, al sumar la energía eólica offshore que crece a buen ritmo en Europa y China, principalmente.
Sin embargo, la industria debería estar creciendo cuatro veces lo que está creciendo hoy si se quiere llegar a las metas ambientales, de contención de emisiones y de seguridad energética, puesto que es importante tener una aceleración tomando en cuenta que junto con la energía fotovoltaica será responsable de más de 60 por ciento de la energía del mundo.
“Estamos en una situación de precios muy altos de combustibles fósiles que llevan a récords en los precios de la electricidad, llegando a una crisis energética global que es síntoma de la transición desordenada de combustibles fósiles a renovables y los gobiernos deberían moverse de manera más decisiva hacia la generación que no requiere combustibles, o veremos cada vez situaciones de mayor riesgo para los consumidores”, dijo.
Ramón Fiestas, presiente del GWEC del capítulo Latinoamérica, detalló que México había sido el segundo país de mayor crecimiento en instalación de esta tecnología, después de Brasil, pero en los últimos años (a partir de esta administración) la situación se estancó, igual que en Argentina.
“Estamos en una situación de verdadera crisis climática, que se suma a la crisis energética y México no tiene suficiente despliegue de energía para atender sus propias necesidades porque no ha puesto el foco en las fuentes que sí tiene pero que requieren tecnología y que son el sol y el viento”, aseguró.
La iniciativa de reforma eléctrica del gobierno federal plantea devolver a CFE el monopolio en toda la cadena de valor de la electricidad y eliminar el despacho eléctrico económico, lo que relegaría el despacho de las fuentes solar y eólica.
Con información de El Economista.