La debilidad de la actividad económica de México se debe a diversos factores tanto externos como internos, y uno de ellos es la baja inversión pública que ha hecho la administración federal en lo que va del año.
La inversión del sector público en infraestructura, que sirve para estimular la economía y atraer la inversión privada, reportó un crecimiento de 1.7 por ciento en el periodo de enero-mayo pasado frente al mismo lapso de 2021, señalan cifras oficiales.
Este indicador viene de caídas el año pasado, y su recuperación es lenta. En los primeros cinco meses de 2021, cayó 9.6 por ciento, mientras que en 2020 había reportado un incremento de 16.9 por ciento real anual.
Bajo el objetivo de recuperar este indicador e impulsar la actividad económica, el gobierno programó un gasto histórico de 1 billón de pesos (bdp) para inversión en infraestructura.
No obstante, la inversión en infraestructura para hidrocarburos decreció 16.2 por ciento, y para educación 33.8 por ciento en el periodo enero-mayo. Tan solo en mayo, este último rubro se redujo 58.5 por ciento en lo que va del año en el que los alumnos regresaron a sus aulas, luego de la pandemia por covid-19.
Del total de la inversión pública física en enero-mayo, la que se destina al manejo de hidrocarburos absorbió la mayor parte de los recursos con 34.7 por ciento, menos que el año pasado; 45.7 por ciento. La destinada a infraestructura en Educación, como escuelas, se llevó el 0.1 por ciento.
El destino de recursos para el desarrollo de infraestructura para la Salud, como hospitales, creció 42 por ciento, no obstante apenas absorbió el 1.4 por ciento del total del gasto ejercido hasta mayo en inversión física pública.
Comunicaciones y transportes se lleva el 4.3 por ciento, y su gasto creció 2.9 por ciento.
Christopher Cernichiaro, investigador de la UAM detalló que la inversión en infraestructura pública detona crecimiento económico, pues se generan empleos y compras durante su desarrollo y operación, además de que facilita el movimiento de personas y mercancías, lo que a su vez, ayuda a la atracción de inversión privada.
De acuerdo con Carlos Morales, director de riesgo soberano para Latinoamérica en Fitch Ratings, una de las debilidades de la economía mexicana sigue siendo el tema de inversión.
“Hemos visto, que inclusive, previo a la pandemia la inversión doméstica era relativamente débil, hemos visto un número de choques en los últimos 5 años, desde las tensiones comerciales con Estados Unidos, luego la pandemia interrumpió las decisiones de inversión, además de que esta administración ha sido más intervencionista, disuadiendo las intenciones de inversión”, explicó Morales en un foro a finales de mayo.
En el primer trimestre de 2022, el PIB nacional tuvo un crecimiento de 1 por ciento comparado con los tres meses anteriores.
Con información de Revista Expansión.