Los estados e instituciones deben actuar frente al riesgo de recesión en el mundo y “mantener el rumbo” en su lucha contra la inflación, para prevenir “una peligrosa nueva normalidad” de economías frágiles, advirtió la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Es fundamental “estabilizar la economía mundial abordando los desafíos más inmediatos”, incluida la lucha contra la inflación, la protección de las poblaciones más vulnerables y las dificultades de la deuda, dijo en un discurso en Washington.
Pero el proceso podría ser doloroso y si los bancos centrales actúan de manera demasiado agresiva sobre sus tasas de interés, podrían “hundir a muchas economías en una recesión prolongada”, advirtió.
Los bancos deberán hacer un ejercicio de equilibrista.
También, en declaraciones a la AFP, Georgieva afirmó que los bancos centrales deben “mantener el rumbo” en la lucha contra la inflación que sigue “todavía obstinada, todavía persistente” porque “el riesgo de no hacer lo suficiente es mayor que el riesgo de hacer demasiado”.
“Todo dependerá de las decisiones que tomemos ahora”, afirmó Georgieva en su discurso. Estas medidas determinarán si “este período de fragilidad se convierte en una peligrosa nueva normalidad”.
Georgieva hizo estas declaraciones al lanzar las reuniones anuales del FMI, que se llevarán a cabo la próxima semana en Washington.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de más de 180 países se reunirán la próxima semana en la capital estadounidense para la primera cita totalmente presencial del FMI y el Banco Mundial desde 2019, antes de la pandemia de covid-19.
Será la consecuencia de múltiples factores: varias crisis agudizadas por el impacto de la guerra en Ucrania tras ser invadida por Rusia y los desastres ecológicos que desestabilizaron un poco más una economía mundial erosionada por la pandemia.
Inflación, blanco principal
La epidemia de covid-19 ha provocado un “cambio fundamental en la economía global”, al pasar de “un mundo de relativa previsibilidad” a uno sujeto a mayor incertidumbre, sostuvo Georgieva.
Como resultado, el FMI vaticina que un número significativo de países tendrá al menos dos trimestres consecutivos de caída del PIB, una señal de recesión, entre finales de este año y 2023.
Es un riesgo que sobrevuelva a “alrededor de un tercio de la economía mundial”. Y “muchos hogares en todo el mundo, aunque el crecimiento sea positivo, tendrán la sensación de estar en recesión, debido al aumento del costo de vida”, recalcó Georgieva.
Podría ser incluso peor: “La incertidumbre es altísima, en un contexto de guerra y pandemia. Puede haber otros shocks económicos”.
El objetivo principal -insistió- debe ser reducir la inflación, para impedir que se arraigue y evitar “tasas (de interés) aún más altas y persistentes, lo que dañaría aún más el crecimiento y el empleo”.
Crisis de la deuda
Georgieva reconoció que reducir la inflación “no será fácil”.
El “2022 es difícil, 2023 lo será aún más. Pero lo principal es evitar causar aún más daño y en un período más largo”, abundó.
Sin embargo la titular del FMI advirtió que un ajuste de tasas “demasiado fuerte y demasiado rápido”, y sobre todo sin coordinación, podría “sumir a muchas economías en una recesión prolongada”.
A tasas más altas, se suma el hecho de que el fortalecimiento del dólar precisamente por las alzas de tipos de interés resueltas por la Fed, complica el acceso al crédito de muchos países.
La pandemia obligó a muchos países a endeudarse más, y ahora enfrentan el riesgo de sobreendeudarse en un contexto de aumento de las tasas de interés de referencia en todo el mundo.
“Más de una cuarta parte de los países emergentes han incumplido (con su deuda) o están en niveles difíciles, así como más del 60 por ciento de los Estados de bajos ingresos”, afirmó Georgieva. Eso “aumenta el riesgo de una crisis de deuda cada vez mayor” que podría dañar el crecimiento global, advirtió.
“Los grandes acreedores como China y los acreedores del sector privado tienen la responsabilidad de actuar”, exhortó Georgieva, quien pidió una acción “más rápida y predecible” para reestructurar deuda.
Reclamó asimismo “reformas transformadoras” que el organismo crediticio apoyaría, en particular “en salud, educación, redes de seguridad más sólidas”, así como en digitalización y desarrollo de infraestructura digital.
Con información de Revista Expansión.