Después de haber sumado seis quincenas consecutivas con moderaciones a tasa anual, en la primera mitad de diciembre la inflación general anual repuntó a 7.77%, según datos del INEGI.
Respecto a la segunda quincena de noviembre, la inflación avanzó 0.39%. En su interior, el componente subyacente, compuesto por mercancías y servicios, tuvo una variación de 0.57%, y a tasa anual se ubicó en 8.35%, una desaceleración ligera respecto al 8.37% de la segunda quincena de noviembre, lo que sumó dos periodos con desaceleraciones.
El alza respecto a la quincena previa se atribuye a un efecto base por el ajuste de precios después de la temporada de rebajas en ‘El Buen Fin’, que en esta ocasión se llevó a cabo durante la segunda quincena de noviembre.
Proyecciones apuntan a una desaceleración en la inflación, sin embargo, todavía permanecerá en niveles elevados, fuera de la meta de BANXICO.
En un reporte, Grupo Financiero Monex señaló que la variación de 0.39% es similar al promedio histórico de los últimos cinco años en torno al 0.35%, por lo que a inicios de mes, “no se advierten señales que apunten a que la trayectoria bajista de la inflación vaya a revertirse en el corto plazo”.
Además, aunque el componente subyacente logró desacelerar a tasa anual, con posibilidades de estar consolidando un techo sólido, aún deberían transcurrir unos seis meses para verla por debajo de un nivel de 7%.
“No obstante, los riesgos siguen siendo nutridos, pues en diciembre varios productos alimenticios han anunciado incrementos en los precios que podrían reflejarse en las siguientes semanas, mientras que otros lo harían hasta enero de 2023, mes que de por sí, suelte ser de los más problemáticos en materia inflacionaria”, advirtió Monex.
Banco Base acotó que aunque el componente subyacente acumuló dos quincenas a la baja “no es suficiente para confirmar una tendencia a la baja de ese componente”.
Adriana García, coordinadora de análisis en “México, ¿cómo vamos?”, refirió que el dato de la subyacente es bueno, en función de que “no veíamos que estuviera respondiendo”, pero prevalece la preocupación alrededor de los precios de los productos alimenticios, que para la primera quincena de diciembre, los alimentos procesados y bebidas se ubicaron en 14.13% a tasa anual, y los pecuarios en 12.20%, ambos por encima del indicador general.
“Los índices de precios de alimentos siguen siendo más elevados que la inflación general, lo cual tiene efectos negativos en el bolsillo de todos los hogares mexicanos, pero sobre todo en los hogares que menos recursos tienen ya que destinar prácticamente todo su ingreso para adquirir alimentos”, indicó.
“Lo que vemos en el último trimestre de este año, es una economía dinámica que por fin logra recuperar su tamaño prepandemia, tenemos generación de empleo formal dinámica, y a pesar de estos datos positivos, el 40% de los mexicanos se encuentran en pobreza laboral, (que) es cuando con los ingresos laborales no se puede comparar la canasta básica alimentaria para todos los miembros del hogar. Esto nos está hablando de que la calidad de los mexicanos, está siendo mermada por los altos precios de los alimentos”, añadió García.
La señora Amalia Cruz, ama de casa, da cuenta del alza en los precios de los alimentos, pues los esfuerzos para comprar los mismos productos que solían llevar a la mesa durante el año pasado, ha implicado que adicional al trabajo de policía de su hijo, su nuera complementa con trabajo doméstico remunerado de manera ocasional.
En tanto, el señor José Garay, comerciante de tamales, comparte que la subida de precios la vive a diario dado su oficio: “Para la comida, la venta, todo ha subido. La gente ya no compra como antes y ya no se gana como antes. Hemos dejado de consumir pan de dulce, leche, a puro café con galletas María, que también están caras, pero de eso a nada, nos tenemos que alimentar”.
Con información de 24 Horas.