Tras la publicación del nuevo decreto del gobierno de México para revocar y no dar nuevos permisos de uso y liberalización al ambiente de semillas de maíz transgénico para la alimentación humana y ante la previsión de que autoridades de comercio de Estados Unidos demandarán fundamentos científicos para sustentar este veto, la Secretaría de Economía informó que la COFEPRIS junto con agencias sanitarias de otros países se encargarán de los estudios sobre los posibles impactos a la salud.
La dependencia que encabeza Raquel Buenrostro señaló que en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación se publicó el Decreto por el que se establecen diversas acciones en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado.
Con este acto, queda abrogado el decreto de diciembre de 2020 sobre la misma materia.
“México es centro de origen de más de 55 razas de maíz. La política de seguridad alimentaria del Gobierno de México consiste en preservar este patrimonio biocultural. Asimismo, se promueve la preservación de las prácticas agroecológicas de nuestras comunidades campesinas, la milpa y la riqueza gastronómica”, indicó.
El objetivo de este nuevo decreto es precisar el objetivo y alcance de las políticas públicas, así como eliminar cualquier posible imprecisión del texto predecesor, el cual se prestó a interpretaciones diversas.
Con esta nueva versión se brinda claridad en sus objetivos y certeza regulatoria con base en evidencia técnico-científica, apuntó la dependencia.
La Secretaría de Economía dijo que las precisiones más importantes son:
- El decreto se acota estrictamente al maíz. La canola, la soya, el algodón y el resto de las materias primas no quedan sujetas a esta regulación.
- Para evitar confusiones, se establece una categorización del maíz según su uso: alimentación humana (masa y tortilla), forraje e industrializado para alimentación humana.
- El decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla. Lo anterior, no representa afectación alguna al comercio ni a las importaciones, entre otras razones, porque México es de sobra autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos. De lo que se trata es de consolidar tal soberanía y seguridad alimentaria en un insumo central en la cultura de las y los mexicanos.
- En cuanto al uso de maíz genéticamente modificado para el forraje y la industria, se elimina la fecha límite para prohibir su uso, quedando sujeto a que exista suficiencia en el abasto, para esto se instalarán mesas de trabajo con el sector privado nacional e internacional para lograr una transición ordenada.
- Se estableció explícitamente que la COFEPRIS realizará investigaciones científicas en torno a los posibles impactos en la salud de las personas del maíz genéticamente modificado. Tales estudios se realizarán con agencias sanitarias de otros países.
“México reitera su compromiso de cumplir el TMEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), según el cual las decisiones fitosanitarias deben estar basadas en evidencia científica”, apuntó la Secretaría de Economía.
El nuevo jefe de comercio agrícola de Estados Unidos, Doug McKalip, declaró a Reuters que dio a México hasta hoy martes para responder una solicitud de Washington para explicar los fundamentos científicos de la prohibición del maíz transgénico y el glifosato, y de ello dependerán los siguientes pasos dekl gobierno estadounidense, entre los cuales no descartó la aplicación del mecanismo de solución de controversias bajo el TMEC.
Con información de Forbes.