En México, las mujeres aportan alrededor de 36% de la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR) de personas físicas, de acuerdo con cálculos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

La proporción de ingresos que aportan las mujeres representa alrededor de 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB), y es mucho menor a lo que la fuerza laboral masculina aporta.

Los hombres aportan alrededor de 64% de los ingresos de ISR de personas físicas y asalariadas, lo que representó 3.8% del PIB en el 2022.

“La brecha entre la recaudación por ISR para personas físicas y asalariadas entre hombres y mujeres es 1.7% el valor del PIB. Esta brecha se debe, en parte, a la falta de igualdad de oportunidades para que las mujeres ingresen al mercado laboral formal”, indicó el CIEP.

En este sentido, apuntó que reconocer, redistribuir, remunerar y formalizar la carga del trabajo no remunerado, que principalmente recae en las mujeres, podría contribuir a un incremento en la recaudación de impuestos.

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, si la participación de las mujeres en el trabajo remunerado fuera igual que la de los hombres, habría una ganancia de alrededor de 22% del PIB per cápita en México.

Baja participación y cuidados 

“La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha provocado una disminución en el tiempo disponible de las mujeres. Hay un incremento de su participación en el trabajo remunerado mientras que la carga de cuidados no disminuye”, destacó el CIEP.

De acuerdo con datos al último trimestre del 2022, 91% de las mujeres ocupadas declararon que trabajaban y realizaban tareas domésticas, mientras que sólo 2.1% declararon dedicarse únicamente al trabajo remunerado.

Por su parte, 59.3% de los hombres ocupados realizan tareas domésticas, mientras que 21% se dedica únicamente al trabajo remunerado.

“La baja participación de las mujeres en los mercados laborales remunerados y formales representa una pérdida económica para el país. Por un lado, se pierde el valor de la producción que pudo ser generado por ellas. Por otro lado, se pierden ingresos fiscales potenciales”, destacó la organización.

El SNC 

El CIEP apuntó que algo necesario para cerrar las brechas entre hombres y mujeres, así como para incrementar la recaudación e incluso impulsar la actividad económica, es un nuevo pacto social que considere el trabajo de cuidados.

Uno de los grandes pendientes en México es la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC), el cual ayudaría a que más mujeres participaran en el mercado laboral formal, mejorando sus condiciones de vida.

Cálculos de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) señalaron que un aumento de inversión en el sistema de cuidados de 1.16% del PIB provocaría un aumento de 3.9% el total del empleo con respecto a la población ocupada del 2019.

Lo anterior provocaría un incremento en la recaudación de impuestos, que representaría alrededor de 0.29% del PIB en el país.

Si bien la actual administración ha reconocido los beneficios sociales y económicos de la implementación del SNC, aún no se ha hecho realidad. Sin embargo, en el Paquete Económico 2023, se vislumbra un avance en el tema.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, para este año el gobierno contempla que, a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se lleve a cabo la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados.

El CIEP destacó que en el PEF 2023 se prevén avances para un SNC a través del INEGI e Inmujeres.

“Se requieren recursos para un SNC, que incluya población sin seguridad social, que contribuya a la equidad intergeneracional y atienda a las personas históricamente vulneradas”.

De acuerdo con su análisis, el gasto en economía de cuidados –considerando los recursos a primera infancia, mujeres e hijos, niñez, adultos mayores, adolescencia y personas con discapacidad– representa sólo 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), con recursos por 39 mil 242 millones de pesos.

El trabajo de cuidados hace posible la reproducción del sistema económico a través del mantenimiento de la fuerza de trabajo, que a su vez genera valor económico; no obstante, este trabajo usualmente no es remunerado.

De acuerdo con cifras del INEGI, de 84 millones de personas que realizan esta labor, sólo 2.2 millones reciben ingresos.

Con información de El Economista.