Aunque en los últimos años incrementó el número de mexicanos que ahorran, el último destino del gasto de los ahorros de la población es para la vejez o el retiro, reveló un estudio realizado por el colectivo de economistas “México, ¿cómo vamos?” y la administradora de fondos Vanguard.
Entre 2012 y 2021, el porcentaje de población ahorradora incrementó en 7.8 puntos porcentuales, pasando de 50.8% hasta 58.6%, entre ahorros formales —en el sistema financiero—, informales —en casa o entre conocidos— o ambos.
En términos generales, el principal destino de los ahorros de los mexicanos se va en tres rubros: atender emergencias e imprevistos (más del 40%); gastos de comida, personales o en el pago de servicios (más del 27%); y en comprar, reparar, remodelar o ampliar una casa, o en la adquisición de terrenos, vehículos, joyas y animales (más del 15%).
Pero en lo que respecta a recursos para el retiro, se posiciona entre las últimas opciones de destino para los ahorros de los mexicanos.
“El destino con menor prevalencia entre los hombres y mujeres es para la vejez o retiro, es decir, las mexicanas y los mexicanos utilizan sus ahorros para atender situaciones en el corto y mediano plazo, ya que solo dos de cada 100 personas con ahorros formales (e informales) piensan destinarlos para su retiro”, destaca el estudio.
Para 2021, únicamente el 2.6% de los hombres con ahorros formales señaló destinar recursos para el retiro; en el caso de las mujeres la cifra sube a 2.8% de quienes invierten dinero para su vejez.
El número ya de por sí bajo, se reduce aún más entre las personas con ahorros informales, ya que solamente el 2% de los hombres piensa en destinarlos para su retiro; y en el caso de las mujeres, la cifra se reduce hasta 1.6%.
Aunque desde el gobierno se ha avanzado en materia del ahorro para la vejez, los mismos datos muestran que los esfuerzos no van más allá, pues en los ahorradores formales no hay incentivos ni una cultura para impulsar las aportaciones voluntarias con miras a incrementar el saldo de su cuenta que dé rendimientos en el futuro.
En tanto, entre quienes poseen ahorros informales, se requiere integrarlos en algún mecanismo formal, de lo contrario, su dinero perderá valor adquisitivo en el transcurso de los años ante los fenómenos inflacionarios en bienes y servicios.
En este último aspecto, se requiere reducir la informalidad y la brecha de participación de mujeres en el mercado laboral para que los trabajadores tengan una cuenta de ahorro para el retiro, misma que está condicionado a contar con un trabajo formal, explicó Axel González Gómez, analista en “México, ¿cómo vamos?”.
“Si no se corrigen estas situaciones, sí podríamos encontrarnos en situación de un porcentaje de la sociedad mexicana donde se puede enfrentar a una vejez precarizada porque no tuvo los recursos suficientes para ahorrar a lo largo del ciclo de su vida laboral”, advirtió.
Y es que, mecanismos de ahorro informal, como es el mismo guardado del dinero en casa, en tandas, en cajas de ahorro de amigos o conocidos, la compra de animales o bienes, el préstamo del efectivo, no da la posibilidad de obtener rendimientos en el largo plazo, ni se tiene la garantía de retorno seguro.
Cuatro de cada 10 mexicanos, con cuenta de ahorro formal
En México, sólo cuatro de cada 10 personas entre 18 y 70 años poseen una cuenta de ahorro para el retiro formal o AFORE. Una cifra que no da garantía de que los beneficiarios estén enterados de poseerla.
De acuerdo con la investigación, uno de los principales factores para entender el bajo porcentaje de personas que disponen con una cuenta de ahorro formal para el retiro, se origina en la informalidad laboral, pues son los centros de trabajo un elemento clave para que el sistema aperture a los trabajadores formales una cuenta para el retiro.
“La informalidad del mercado laboral mexicano, es un obstáculo importante en la meta de que los mexicanos tengan un retiro digno”, se lee en el documento.
“Este factor impacta especialmente a las mujeres ya que son afectadas en mayor medida por su baja participación laboral y la mayor informalidad de las mujeres comparadas con las de los hombres”, se añade.
La brecha de tenencia de una cuenta de ahorro entre hombres y mujeres es de 18.1 puntos porcentuales, pues mientras el 48.8% de los hombres gozan dicho instrumento financiero, el porcentaje se reduce hasta 30.7% para el caso de las mujeres.
Con información de 24 Horas.