Por tercer año consecutivo, México se posiciona como el cuarto lugar entre los países más complejos para invertir, debido a la dificultad para realizar algunos tramites.

De acuerdo con la 11ª edición del Índice Global de Complejidad Empresarial de TMF Group, proveedor de servicios administrativos, el cual lanza desde Londres, en América Latina, algunas de sus principales economías continúan figurando, países como México, Colombia, Brasil y Perú se ubican en el top 10 de países más complejos para hacer negocios.

En el caso de México se explica por la existencia de normas que contribuyen en gran medida a su complejidad, por ejemplo, el tiempo que se tarda una persona en abrir una cuenta bancaria y los diferentes requisitos para obtener un visado de trabajo.

Pero el reporte indica que, por otro lado, México ha logrado avances en la digitalización con sistemas como la facturación electrónica y las firmas electrónicas, que simplifican la contabilidad.

Además se está trabajando en mejorar los requisitos de prevención de lavado de dinero para aumentar la confianza de los inversores, aunque esto a la par se significa mayores auditorías para las empresas.

El Índice contempla 79 jurisdicciones representativas de 93% del PIB mundial y 88% de los flujos globales netos de Inversión Extranjera Directa (IED), y analiza 292 indicadores anuales.

Se concentra en datos esenciales sobre aspectos clave para hacer negocios, como los tiempos de establecimiento de entidades para que sean operativas, la gestión de nóminas y beneficios, las regulaciones, los impuestos y otros factores de cumplimiento.

El informe también apunta que, desde 2020, México se ha beneficiado de la adopción por parte de Estados Unidos del nearshoring para el abastecimiento de productos manufacturados.

Antes de la pandemia , Estados Unidos dependía del comercio de bienes de China continental, Vietnam y Tailandia, entre otros países. Cuando esto se detuvo y las relaciones con China continental empeoraron, Estados Unidos se vio obligado a reconsiderar sus rutas comerciales, derivado de esto ha trasladado gran parte de su negocio a jurisdicciones más cercanas, como México.

“México era un lugar perfecto para que Estados Unidos estableciera negocios. El Covid-19 trajo grandes cambios en las cadenas de suministro de Estados Unidos y éramos una buena opción porque somos baratos y contamos con espacio e infraestructura. Pero sí necesitamos trabajar en ciertos aspectos de negocios, como digitalizar la tributación. Esto ayudará a que aún más personas quieran establecer negocios aquí”.

Esta oportunidad también representa desafíos, ya que las compañías que operan en México enfrentan dificultades para encontrar mano de obra calificada, largos procedimientos para establecer una empresa, con muchos elementos que cumplir y requisitos fiscales poco claros.

Pero al combatir estas dificultades, el país está trabajando para mejorar los incentivos fiscales y los tratados fiscales con Estados Unidos.

Con información de Revista Expansión.