El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió que reducir el déficit público de 5.9% como porcentaje del PIB, al que se llegará en 2024, y tener una consolidación fiscal efectiva y sostenible requiere una reforma fiscal integral, con discusiones sobre la ampliación de la base tributaria y sobre mejoras en la eficiencia del gasto. 

“Debe considerarse la equidad fiscal, con cargas y beneficios justos entre todos los sectores sociales y entre las generaciones presentes y futuras”, señaló en el estudio “La consolidación fiscal 2025. Retos para el próximo sexenio”.

El CIEP recordó que en 2024 México enfrentará su máximo déficit público desde al menos 1990, impulsado por los grandes proyectos de infraestructura de la administración, y Hacienda proyecta reducir ese déficit a 3% del PIB para 2025 mediante una consolidación fiscal. 

Esa consolidación se lograría aumentando los ingresos presupuestarios, reduciendo el gasto público o mediante una combinación de ambas medidas, pero existe el reto de reducir en 1.8% del PIB el déficit presupuestario.

El centro de análisis explicó que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 contempla una inversión de 0.5% del PIB, destinada a los proyectos prioritarios del Tren Maya, el Interurbano México-Toluca, el Suburbano-AIFA y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

Por lo tanto, si estos proyectos concluyen antes del siguiente sexenio se tendría una reducción del déficit de dicho tamaño; adicionalmente, si las tasas de interés promedio se reducen el próximo año, se obtendría un beneficio adicional de 0.6% del PIB, lo que daría una reducción total de 1.1% del PIB para 2025. 

Sin embargo, aun así, se necesitaría reducir todavía 1.8% para que el déficit se encuentre en los niveles requeridos para la consolidación fiscal.

El CIEP añadió que si se combatiera la informalidad, aumentando la recaudación en 0.8%, aún quedaría pendiente una reducción del déficit en 1% del PIB para lograr la meta de la consolidación fiscal en 2025. 

“Aunque es probable que ciertos supuestos no se cumplan. Lo anterior requiere un enfoque integral y sostenible que considere los efectos de la baja productividad laboral y el cambio demográfico del país, especialmente tras el incremento en la tasa de dependencia después de 2031”, apuntó.

Ante este escenario, el centro de investigación advirtió que el diseño de nuevos impuestos, la mayor recaudación petrolera o el combate a la informalidad necesita anticiparse a dichos cambios con efectos de largo plazo. En cuanto a los gastos, reducir inversiones y gastos en educación y salud puede tener efectos adversos significativos en términos de equidad.

Con información de Forbes.